¿Puede haber algo más acogedor y tranquilo que un árbol centenario, uno de esos que, como viejos abuelos, parecen querer protegernos bajo sus antiguas y recias ramas? Si eres de los que piensan así, quizás deberías leer la historia de Richard Carson. Un simple árbol puede ser más de lo que aparenta ¿o todo está en la mente del que observa?
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